Queda quitar el cartel de cerrado, subir la persiana, saludar a los más madrugadores y a los que entran en mi casa para preguntar como ha ido.
Ha ido muy bien, ha sido un viaje tan reparador como ansiado. Me hacía falta desconectar de muchas cosas, y lo he conseguido. He disfrutado de cada día como si fuese le primero, he andado mucho, me he cansado, me he reído como hacía años que no lo conseguía, he salido de copas a la calle, he visto cientos de tiendas y paraditas de regalos y me he paseado por la historia.
Ahora queda ordenar, ordenar mi cabeza y explicaros un poquito por donde he estado. Pero si me permitís, hoy me tomo un descanso merecido, eso de hacer de turista es lo más cansado que existe.
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