Sobre el respeto de nuestros hijos


Es curioso como cada edad por la que pasas te repite en los ojos aquello que más vives. Cuando estás embarazada, sólo ves mujeres embarazadas; cuando tienes un hijo , sólo ves padres con bebes y cuando tienes hijos adolescentes... buf! Es increible como todo el mundo cree que lo que ellos hacen o dicen es lo correcto y todos los demás se equivocan.

Ahora que tengo dos hijos adolescentes, que están descubriendo su sexualidad y que eso puede marcarlos para el resto de sus vidas, es cuando todos los padres se echan las manos a la cabeza y les sale la vena más conservadora. Padres y madres de mi edad, que han vivido el final de la época franquista y que tuvieron una libertad sexual que ya la hubiesen querido nuestros abuelos. Y es que cuando tu hijo o hija adolescente te presenta al novio o a la novia y además quieren dormir juntos en la misma cama, es cuando a todos se les despierta el sentido del respeto. Si mi hijo o mi hija duermen con su novio o novia bajo mi mismo techo me están faltando el respeto. 

Todo esto me ha llevado a plantearme qué respeto le hemos enseñado a nuestros hijos para que ellos lo tengan o no lo tengan. Es decir, si no conocen el respeto, difícilmente van a tener la capacidad de saber lo que es. A ver, como hemos enseñado a nuestros hijos lo que es faltar el respeto.

Se falta el respeto hacia nuestros hijos cada vez que nos peleamos con nuestra pareja. Y si hay reproches o insultos, ya no puedo calificar el grado de falta de respeto.

Cuando les dejamos con cuatro meses en una guardería, como mínimo diez horas al día. Lo mismo que hacemos con nuestros mayores que abandonamos en una residencia cuando molestan. Con ello,  les estamos faltando el respeto.

Cada vez que les dejamos la mesa puesta con el desayuno y la comida, no con un año o dos, o seis o siete, sino con dieciocho y con veinte. 

Se les falta el respeto, cada vez que hablamos mal de nuestros padres, de nuestros hermanos y de los amigos. Cada vez que despreciamos a los demás porque no son como nosotros queremos que sean.

Cada vez que criticamos a sus profesores, que son los que intentan darles la educación que nosotros no les damos.

Cada vez que decimos, pues yo no llamo a mi hermano/a (padre, madre, amigo, amiga) si él o ella no me llama. Cada vez que hacemos la papeleta delante de la familia, ya sea por Navidad o Sant Esteve y nos pasamos el resto de año ignorándolos.

Cada vez que le llevamos al campo de fútbol y insultamos al arbitro o a los del equipo contrario.

Cuando vamos en el coche y alguien nos adelanta o nos hace una maniobra rara y empezamos a insultar a aquella persona, estamos faltando el respeto a nuestros hijos.

Cada vez que les hablamos mal de uno de sus amigos, que son los que él o ella ha escogido, les faltamos el respeto.

Cuando no pasamos con ellos todas las horas que podemos y preferimos ir a cenar con los amigos y contratamos una persona ajena para que les de lo que nosotros no les damos, les faltamos el respeto.

Cada vez que nos alegramos de que a alguien le vayan mal las cosas, (por aquello de que si la envidia fuese tiña...) les faltamos el respeto.

Cada vez que insultamos, gritamos, nos enfadamos, damos un portazo, tiramos algo al suelo o a la cabeza de alguien, presentamos una actitud orgullosa y desdeñosa, les damos de lado para que no nos molesten, les aparcamos con la abuela o la canguro, les permitimos que coman solo lo que les gusta o que se elijan la ropa con siete u ocho años. 

¿Cómo vamos a exigirle un respeto que no les hemos dado?

Así, seria bueno plantearse si tu hijo o hija viene a casa con su novio o novia y te dice que quieren dormir juntos, si no es mejor que ocurra de una manera natural a prohibirles y enseñarles de golpe y a lo bruto lo que significa la palabra "respeto".

3 comentaris:

Unknown ha dit...

ME HA ENCANTADO ESTA ENTRADA Y HAS DADO EN EL CLAVO EN TODO LO QUE HAS ESCRITO. ESA ES LA REALIDAD QUE HOY VIVIMOS Y SI ES VERDAD QUE NO LES ENSEÑAMOS LO QUE ES TENER RESPETO A NUESTROS HIJOS Y CLARO NO SE PUEDE EXIGIR A ALGUIEN ALGO QUE DESCONOCE TOTALMENTE.BESOTES

Charo Bolivar ha dit...

PUES DE ESO SE TRATA, TOCAYA. QUE DE GOLPE NOS DAMOS CUENTA DE QUE NUESTROS HIJOS NOS "FALTAN EL RESPETO" CUANDO SE HACEN MAYORES Y EMPIEZAN A NO DEPENDER DE NOSOTROS PARA TOMAR SUS DECISIONES. ENTONCES NO SIRVE DE NADA EXIGIR SIN DAR ALGO A CAMBIO.

UN BESO, GUAPA.

Josep ha dit...

Hola Charo, mientras te leía, me acordaba de un spot publicitario, basado en el respeto. La sombra de un hombre era un niño. Si el hombre gritaba, el niño/sombra gritaba, si fumaba molestando, el niño/fumaba molestando... Cuando el niño/sombra se hizo mayor, el hombre odiaba a su sombra porque el hombre/sombra le perdía el respeto.
Es otro valor que se está perdiendo sin que la sociedad haga algo al respecto. Las familias cada vez menos, creo...
Una abraçada.

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